¿Pueden sobrevivir las guías de viaje en un mundo en continuo movimiento y cada vez más exigente? ¿Cómo?
Desde el comienzo del nuevo milenio estamos asistiendo a unos cambios radicales y rápidos en todos los aspectos de nuestra vida, no últimos en la manera de viajar. Lo que hace muy pocos años era un privilegio para algunos, se ha ido democratizando al punto de convertirse en norma. Viajar, desplazarse por placer o por trabajo, durante meses o semanas o sólo para dos días: somos una sociedad (la así llamada occidental) inquieta, líquida, como diría Baumann. Dejando de lado todos los corolarios que estos cambios han implicado a nivel sociológico, ecológico y económico (ampliamente estudiados por muchos pensadores, filósofos y académicos), aquí queremos enfocar nuestra atención sobre cómo este panorama movedizo está influyendo en la existencia de las guías de viaje e individuar algunas de las nuevas tendencias.