Si de verdad uno quiere conocer la esencia de los pueblos y sus gentes, no hay nada como apartarse de las grandes urbes y adentrarse en el corazón de las pequeñas villas y aldeas.
Perderse, huir en los transportes de masas, no ir con prisas, interactuar, curiosear, preguntar y dejarse preguntar y sobre todo esbozar una sincera sonrisa; a cambio el lugar te ofrece su esencia, que se encarna en sus gentes, sus facciones, sus formas de vestir, sus costumbres.
En este ensayo fotográfico vamos a conocer algunos de los trazos que nos ofrece el gran mosaico de gentes y pueblos al encuentro de la ruta Maya.